Durante el mes de junio, el cual aún no ha concluido, se han registrado cuatro ejecuciones de policías pertenecientes a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya. Estos alarmantes datos revelan una crisis constante en materia de seguridad en la ciudad.
A pesar de la situación crítica que enfrenta la ciudad, el Alcalde panista de Celaya, Javier Mendoza Márquez, ha decidido tomarse unas vacaciones, ausentándose hasta el día 3 de julio. Esta noticia ha generado críticas y preocupación entre la población, quienes esperan acciones contundentes por parte de las autoridades para enfrentar la creciente ola de violencia.
El último asesinato ocurrió el sábado pasado alrededor de las 6 de la mañana, en la vivienda de la víctima ubicada en la calle Ejido de Ojo Seco, en la colonia Ejidal. Adriana Mireya se disponía a salir de su casa para iniciar su turno de labores cuando fue sorprendida por un grupo de sujetos armados, quienes irrumpieron violentamente en su domicilio y le dispararon sin mediar palabra.
Los vecinos, al escuchar las detonaciones, alertaron a las autoridades llamando al número de emergencia 911, lamentablemente, una acción que se ha vuelto común en Celaya debido a la frecuencia de estos eventos violentos.
Cuando los elementos de la Policía Municipal llegaron al lugar, encontraron la puerta de la casa forzada y a su compañera gravemente herida. A pesar de los esfuerzos por salvarle la vida, la agente falleció minutos más tarde a causa de las heridas sufridas.
Las autoridades policiales acordonaron la zona y aguardaron la llegada de los peritos de la Fiscalía General del Estado, quienes se encargaron de recolectar evidencias y realizar las investigaciones correspondientes.
Aunque se implementó un operativo de búsqueda para dar con los responsables del crimen, los sicarios lograron escapar sin ser detenidos, dejando una sensación de impunidad y frustración entre la población.
La comunidad de Celaya sigue sumida en la preocupación y el miedo ante la incesante violencia que azota a la ciudad. Es imperativo que las autoridades, tanto a nivel local como estatal, redoblen sus esfuerzos para garantizar la seguridad de la población y poner fin a esta ola de crímenes que ha cobrado la vida de valientes agentes del orden.