WASHINGTON, D.C. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que las próximas grandes ciudades en ser objetivo de una ofensiva federal contra la delincuencia serán Chicago y Nueva York, a las que describió como zonas críticas en materia de seguridad.
“Haremos que nuestras ciudades sean sumamente seguras. Creo que Chicago será la siguiente y luego ayudaremos con Nueva York”, declaró el mandatario a periodistas desde la Casa Blanca, recordando que este compromiso formó parte de sus promesas de campaña. Según la administración, Trump ha trabajado en más del 80% de ellas con la intención de cumplirlas en el menor tiempo posible.
En paralelo, un funcionario de defensa estadounidense informó que, por orden del secretario de Defensa, las tropas de la Guardia Nacional desplegadas en Washington, D.C. comenzarán pronto a portar armas de servicio como parte de la estrategia de la Fuerza de Tarea Conjunta-DC, creada para reducir los índices de criminalidad en la capital.
El anuncio refuerza la narrativa de Trump, quien ha acusado de manera constante a las principales ciudades gobernadas por demócratas de sufrir altos niveles de violencia, deterioro urbano y falta de control. La Casa Blanca sostiene que estas condiciones son consecuencia de lo que califica como “políticas radicales de izquierda”, situación que, asegura, busca revertir con una política de seguridad más estricta.
La administración republicana subraya que el deterioro de la seguridad se agudizó en los últimos años, particularmente durante la presidencia de Barack Obama, lo que habría contribuido al triunfo de Trump y a la actual crisis interna del Partido Demócrata, escenario que (según el mandatario) no siempre es reflejado por los grandes medios de comunicación.