YURIRIA.- Este domingo 31 de agosto se llevó a cabo el tradicional traslado de la imagen del Cristo de la Preciosa Sangre de su templo al Templo Parroquial de Yuriria, una de las tradiciones con más arraigo entre la población.
El Cristo Negro, cuya procesión solo se ha suspendido en contadas ocasiones (como durante la pandemia) recorrió las calles principales adornadas con flores, tapetes, tonos rojo y blanco, así como los llamados “descansos”, donde la imagen reposa en hogares y comercios. El recorrido incluyó templos como el de Esquipulitas, el Santuario de la Virgen de Guadalupe y la Capilla de Santa María, hasta llegar al Templo Parroquial alrededor de la medianoche, donde permanecerá durante un mes.
Habitantes de todas las edades acompañaron la procesión, muchos de ellos motivados por la fe y la tradición heredada de generaciones pasadas. Sin embargo, autoridades religiosas y miembros de la comunidad señalaron con preocupación que cada vez menos jóvenes participan en este tipo de celebraciones.
“Es una tradición que nos identifica como yurirenses, pero también debemos reconocer que se está perdiendo la fe, sobre todo entre los jóvenes. La Iglesia y la sociedad tenemos el reto de acercarlos nuevamente, porque estas tradiciones no solo son religiosas, también son culturales y comunitarias”, expresó uno de los cargueros de la imagen.
El arribo del Cristo de la Preciosa Sangre al Templo Parroquial marca el inicio de un mes de celebraciones, misas y actividades. Aunque las tradiciones continúan firmes entre gran parte de la población, se percibe que las nuevas generaciones optan cada vez más por otros estilos de vida o la elección de nuevas corrientes religiosas, lo que plantea un desafío para la permanencia de estas manifestaciones de fe que han caracterizado a Yuriria por décadas.
