ESTADOS.- El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue brutalmente asesinado la tarde de este domingo, apenas seis días después de haber tomado protesta como presidente municipal. El cuerpo de Arcos fue encontrado decapitado dentro de una camioneta, mientras que su cabeza fue dejada sobre el toldo del vehículo en la calle Moctezuma, colonia Villas del Roble, frente al hotel Real Morely, en la capital de Guerrero.
El macabro hallazgo conmocionó a la población y a las autoridades locales, quienes aún no han dado con los responsables del crimen ni reportado detenidos. A pesar de la gravedad del asesinato, la Fiscalía del estado ha guardado silencio en cuanto a posibles líneas de investigación o detalles sobre el desarrollo del caso.
El asesinato de Alejandro Arcos se suma a una preocupante ola de violencia en Chilpancingo. Durante los últimos días, la ciudad ha sido escenario de varios crímenes que empañaron el inicio de la administración del alcalde. Apenas dos días antes de la instalación del nuevo Ayuntamiento, fue asesinado Ulises Hernández Martínez, quien estaba previsto para ocupar el cargo de secretario de Seguridad Pública municipal. Este hecho fue seguido por el homicidio del secretario general del Ayuntamiento, Francisco Tapia, el jueves pasado.
A pesar de estos violentos sucesos, Alejandro Arcos no presentó ninguna denuncia pública ni indicó que hubiera recibido amenazas. Durante su campaña a la alcaldía, insistió en que no había sido objeto de intimidaciones y aseguró que la paz y la seguridad serían prioridades durante su gobierno. Sin embargo, la realidad que enfrentó tras asumir el cargo fue dramáticamente distinta.
El mismo día de su asesinato, la cuenta oficial de Facebook de Alejandro Arcos publicó su última actividad: un recorrido por las colonias Plan de Ayala y Yerbabuena, realizado el sábado. La publicación, hecha en la mañana del domingo, fue una de las últimas comunicaciones del alcalde con la ciudadanía, quien se mostraba comprometido con mejorar las condiciones de su municipio.
El ambiente de inseguridad que se vive en Chilpancingo parece haber alcanzado su punto más crítico con este asesinato, el cual no solo deja vacante la presidencia municipal, sino que envía una señal de alerta sobre la vulnerabilidad de los líderes locales en Guerrero.
Tras la muerte de Alejandro Arcos, la presidencia municipal de Chilpancingo recaerá en su alcalde suplente, Gustavo Alarcón Herrera. Alarcón es un político experimentado, que ya fue candidato a la alcaldía en 2021 por el Partido Acción Nacional (PAN), aunque perdió la elección.