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Conoce la historia de Artabán, el cuarto Rey Mago.

Jorge Guzmán Mtz
5 Lectura mínima

Cada 6 de enero, niños y niñas despiertan ansiosos por conocer los regalos que les trajeron los Tres Reyes Magos. Sin embargo, solo pocos conocen la existencia de Artabán, quien vendría siendo el cuarto Rey Mago, mismo que nunca llegó a su destino y que a pesar de esto fue recompensado.

La historia oral cuenta que Artabán era un hombre de barbas largas, ojos nobles y profundos que residía en el monte Ushita alrededor del año 4 A.C.

Artabán poseía el don de enterarse a través de un oráculo de algunos sucesos que para los demás pasaban desapercibidos. Y aunque, advirtió la llegada al mundo de un ser de luz que traería el perdón de los pecados.

Cuando Artabán se encontraba en las cuevas del monte Ushita, y poco tras vaticinar la llegada del niño Jesús, recibió un mensaje de Melchor, Gaspar y Baltazar. En esta carta, Artabán fue avisado de la buena nueva, en la que se confirmaba la noticia del próximo nacimiento y en la que era invitado a emprender el viaje desde Borsippa, donde se reunirían los cuatro Reyes y serían guiados por una estrella de luz resplandeciente.

Artabán preparó su caballo, escogió delicadamente las ofrendas destinadas al Mesías; un diamante, un jaspe y un rubí y partió.

Ya, cuando Artabán se encontraba en las afueras de Borsippa tropezó con un hombre caído por la desgracia, pues según lo que le contó a Artabán, se trataba de un comerciante que había sido despojado de todo, incluso de sus ropas y golpeado casi al borde de la muerte. Sin embargo, Artabán se apiadó de él y sin dudarlo, le entregó el diamante cuyo fin era otro.

Dicho encuentro provocó que el Rey Mago se atrasara, así que cuando llegó a donde debiera reunirse con los otros reyes, recibió una nota en la que se le informaba que sus compañeros no podían demorarse más esperándolo, así que decidieron partir sin el. Sin embargo, le habían indicado el camino guiado por la estrella de Belén.

Al ponerse en marcha nuevamente, su caballo muere en el camino y Artabán tiene que recorrer el resto de la distancia solo.

Cuando al fin llega Artabán a Belén, está sucio, cansado y con la ropa casi destrozada. El Rey Mago pregunta por lo otros Reyes pero no tiene noticia de ellos, de lo que sí se enteró fue de la persecución y masacre que había iniciado el rey Herodes contra todos los niños menores de dos años.

Artabán estaba siendo testigo de la masacre y una impotencia terrible le crecía en el pecho. Fue hasta que vio cómo un soldado estaba a punto de fusilar a un pequeño, cuando le ofreció al militar una de las joyas (el rubí) a cambio de la vida del niño. No obstante, el jefe del soldado se dio cuenta del trato y encarceló a Artabán, quien permaneció preso cerca de 30 años.

Una vez pasado el tiempo, y estando Artabán viejo, ciego y cerca de la muerte, es liberado por los soldados. Poco tiempo después de salir, el enorme corazón de Artabán hizo que nuevamente ayudara a una persona: esta vez a una jovencita.

Artabán caminaba por las calles sucias y llenas de dolor pero también de esperanza. La gente estaba a punto de crucificar a un falso profeta que ha ofendido a Dios, diciendo que es su hijo. Artabán continúa caminando y es atraído por el ruido que provoca la subasta de una muchacha jovencita, quien es vendida como esclava y nuestro Rey Mago, quien ya no posee nada, conmovido recuerda que le queda una joya.

La joven, agradecida, besa las manos heridas y los ojos ciegos del anciano y él solo sonríe. Segundos después la tierra se agita, se abre y se traga el cuerpo viejo pero aun con vida de Artabán el cuarto Rey Mago, y este antes de morir escucha una voz que lo cura y le agradece todo lo que ha hecho. Sin embargo, Artabán no entiende cuando hizo algo por él y la voz le responde “lo que hiciste por mis hermanos, lo has hecho por mí”. Y así, Artabán murió en los brazos de Dios.

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Periodista. Director de Región Sur Gto. Gamer y creador de contenido. Fan del terror, del cine y de la televisión.