INTERNACIONAL.- La segunda toma de posesión del presidente electo Donald Trump, programada para este lunes 20 de enero, marcará un cambio histórico al realizarse en el interior de la Rotonda del Capitolio, rompiendo con la tradición de celebraciones al aire libre establecida por Ronald Reagan en 1981. Esta decisión responde a un clima extremo que amenaza a Estados Unidos con temperaturas mínimas históricas y peligrosas.
Un frente ártico sin precedentes.
El pronóstico del tiempo para Washington DC prevé una ráfaga ártica con un factor de enfriamiento por viento que podría llevar las temperaturas a niveles peligrosamente bajos. “Es mi obligación proteger a la gente de nuestro país, pero, antes de comenzar, tenemos que pensar en la toma de posesión en sí”, declaró Trump, quien destacó que las condiciones meteorológicas representan un riesgo para agentes, asistentes y todos los involucrados en la ceremonia.
Según Marc Chenard, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés), la jornada inaugural enfrentará vientos de hasta 30 millas por hora, con temperaturas máximas previstas de 21 grados Fahrenheit (-6 grados Celsius). “Va a ser bastante ventoso”, advirtió Chenard, en referencia a las condiciones que afectarán a los más de 200 mil visitantes esperados en Washington.
La Rotonda del Capitolio: un lugar histórico y seguro.
Trump anunció que la ceremonia, incluidas las oraciones y discursos, se llevará a cabo en la Rotonda del Capitolio, como sucedió en 1985 durante la segunda investidura de Reagan debido a un clima similar. “Los distintos dignatarios e invitados serán llevados al Capitolio. ¡Será una experiencia muy hermosa para todos, y especialmente para la gran audiencia televisiva!”, expresó Trump.
Además, el Capital One Arena abrirá sus puertas para transmitir en vivo el evento y albergar el tradicional desfile presidencial. El presidente electo también confirmó que se unirá a la multitud en el arena después de su juramentación.
Un momento crucial bajo condiciones extremas.
El clima extremo que azota a Estados Unidos, con temperaturas nocturnas de hasta -31 grados Celsius en algunas regiones, se ha atribuido a una explosión de vórtice polar en el Ártico. Estas condiciones han obligado a tomar medidas sin precedentes para garantizar la seguridad y el éxito del evento.
Pese a los desafíos climáticos, la ceremonia promete ser un momento histórico para la nación. “No quiero ver a la gente lastimada o herida de ninguna manera”, enfatizó Trump, reafirmando su compromiso de proteger a los ciudadanos mientras asume nuevamente el liderazgo de Estados Unidos.
