INTERNACIONAL.- Operarios del Vaticano comenzaron este viernes la instalación de la emblemática chimenea que se conectará con la Capilla Sixtina, en vísperas del cónclave cardenalicio que comenzará el próximo 7 de mayo. Por este conducto saldrá la famosa fumata —blanca o negra— que anunciará al mundo si ya hay o no un nuevo Papa.
El dispositivo, cargado de simbolismo y tradición, no es permanente. Se monta únicamente durante los días previos al cónclave y se conecta a la estufa instalada dentro de la Capilla Sixtina, donde los cardenales votarán a puerta cerrada. La estructura actual ha sido utilizada desde 1939, en cada elección pontificia.
Aunque la fumata blanca —señal de que se ha elegido un nuevo Papa— se implementó oficialmente en 1914 durante la elección de Benedicto XV, la costumbre del humo como forma de comunicación con los fieles se remonta al siglo XIX. En aquella época, el pueblo romano se reunía alrededor del Vaticano para observar el humo que salía de la Capilla. El humo negro indicaba desacuerdo entre los cardenales, mientras que la ausencia de humo sugería que había consenso, aunque no existía aún un código claro.
Para evitar interpretaciones erróneas en tiempos modernos, el humo que emana de la chimenea es producido por la quema de papeletas junto con elementos químicos específicos. El perclorato de potasio, antraceno y azufre se utilizan para la fumata negra, mientras que el clorato de potasio, la lactosa y la colofonia generan el característico humo blanco que confirma al nuevo pontífice.
La instalación de la chimenea marca el inicio visible de uno de los procesos más solemnes y esperados de la Iglesia católica. La atención internacional se centrará una vez más en el cielo sobre la Capilla Sixtina, en espera del mensaje que cambiará el rumbo espiritual de millones de fieles en todo el mundo: Habemus Papam.
