SALUD.- Con la proximidad de la Semana Santa, una tradición arraigada en México es el aumento en el consumo de pescados y mariscos, relegando las carnes rojas durante el tiempo de Cuaresma. Sin embargo, los expertos advierten sobre los peligros que conlleva no manejar y consumir adecuadamente estos alimentos, lo que puede poner en riesgo la salud de las personas debido a infecciones e intoxicaciones.
La exposición a altas temperaturas durante los meses de calor incrementa el riesgo de consumir pescados y mariscos en mal estado, lo que a su vez aumenta las posibilidades de sufrir infecciones e intoxicaciones, explican expertos de la organización de salud Fairview de Minnesota, Estados Unidos.
La “intoxicación escombroide” o “intoxicación por histamina del pescado” es una de las principales preocupaciones. Esta ocurre cuando se ingieren pescados como atún, caballa, dorado, entre otros, que, al no recibir la refrigeración adecuada, permiten el crecimiento de bacterias en su interior, convirtiendo la histidina en histamina. Los síntomas incluyen erupción cutánea, diarrea, rubor del rostro y el cuerpo, sudoración, dolor de cabeza, náuseas y vómitos.
Además, las infecciones por vibriosis son otra amenaza. Esta enfermedad intestinal, causada por la bacteria Vibrio presente en pescados y mariscos de agua salada, puede derivar en síntomas como diarrea, cólicos abdominales, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, fiebre y escalofríos.
El norovirus, un virus altamente contagioso que puede provocar gastroenteritis viral, es otra preocupación. Este virus llega al medio ambiente marino a través de aguas residuales humanas no tratadas y puede transmitirse a través de mariscos crudos o parcialmente cocidos, causando dolor de estómago, vómitos, diarrea severa, fiebre, dolor de cabeza y dolores corporales.
Los síntomas de estas afecciones pueden aparecer entre 12 horas y 4 días después de la ingestión de los alimentos contaminados, y mientras la mayoría de las personas se recuperan en uno a tres días, en casos graves puede ser necesaria la hospitalización.
Es esencial que, durante la temporada de calor y especialmente durante la Semana Santa, se preste especial atención al manejo, preparación y consumo de pescados y mariscos, priorizando la refrigeración adecuada y evitando la ingesta de productos en mal estado para prevenir posibles riesgos para la salud.