YURIRIA.- “La fe mueve montañas” dice el refrán popular inspirado en la biblia y este año, no fue la excepción pues, cientos de personas, acompañaron el tradicional traslado de la imagen del Cristo de la Preciosa Sangre hacia el Templo Parroquial como se hace año con año.
Pese a la amenaza de lluvia latente, cientos de personas salieron del templo ubicado sobre la calle Hidalgo en el tradicional barrio de Tareta para acompañar a la imagen por las principales calles de la ciudad, mientras los denominados cargueros postraban la imagen en los llamados “descansos” que son colocados en casas y negocios, mientras una banda de viento interpreta melodías religiosas y el sacerdote ora por los que dan asilo por instantes al llamado Cristo Negro.
Ya entrada la noche, fuegos pirotécnicos iluminaban los cielos nublados y daban prácticamente por concluido el recorrido, no sin antes haber visitado los templos de Esquipulitas, el Santuario de la Virgen de Guadalupe y el templo dedicado a Santa María de los Pobres para culminar en el Templo Parroquial donde permanecerá por un mes.
Esta tradición se remonta desde hace varios años, siendo interrumpida solamente durante la Guerra Cristera y la pandemia de COVID-19.