OCAMPO.- El rugido del agua rompió el silencio de la madrugada. La Presa de Ibarra, ubicada en el municipio de Ocampo, no resistió más. Las intensas lluvias que cayeron sin tregua en las últimas horas hicieron colapsar su estructura, provocando una súbita y devastadora inundación que dejó casas anegadas, autos atrapados bajo el agua y a decenas de familias con el corazón encogido frente a la fuerza indomable de la naturaleza.
La presión acumulada superó la capacidad de contención de la presa, cuya fractura desató un torrente que descendió violentamente hacia las comunidades cercanas. Entre lodo, muebles flotantes y calles convertidas en ríos, vecinos se abrazaban intentando rescatar lo poco que el agua no se llevó.
“Fue como si la tierra llorara con nosotros“, dijo doña Estela, una de las habitantes cuya casa quedó bajo el agua. “En segundos, ya no sabíamos si corríamos por nuestras vidas o por los recuerdos que se nos iban con la corriente”.
En Ocampo, como en todo Guanajuato, cuando la gente lo necesita, ahí estamos. 💪🏼🌧️
Gracias a las Fuerzas de Seguridad @FSPE_Gto que hoy se sumaron a las labores de limpieza y apoyo tras las fuertes lluvias.
Seguimos atentos y trabajando en equipo para respaldar a las familias… pic.twitter.com/xPHkUUmBiW
— Libia Dennise (@LibiaDennise) June 22, 2025
De inmediato, elementos de la Cruz Roja de San Felipe, junto con cuerpos de emergencia y autoridades municipales, desplegaron un operativo de auxilio para rescatar a personas atrapadas, brindar atención médica y canalizar apoyos a los damnificados. Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado víctimas mortales.
Protección Civil estatal se mantiene en alerta ante la posibilidad de nuevas lluvias, mientras equipos de rescate continúan evaluando daños, removiendo escombros y recorriendo la zona en busca de posibles personas afectadas. La vigilancia sobre otras presas en la región también ha sido intensificada.
La tragedia ha despertado la solidaridad de municipios vecinos, que ya han comenzado a organizar centros de acopio para reunir víveres, cobijas y ropa seca. Las autoridades llaman a la calma y reiteran que el bienestar de las familias es prioridad absoluta.
En medio de la pérdida, la esperanza permanece a flote. “Lo más valioso está con vida”, repiten los pobladores, como un mantra para consolarse, mientras el agua cede lentamente, dejando al descubierto no sólo el lodo y el dolor, sino también la fuerza de una comunidad que se niega a rendirse.