INTERNACIONAL.- Una profunda angustia embarga a una comunidad entera. La familia Romero, originaria del estado de Guanajuato, permanece desaparecida luego del desbordamiento del río Guadalupe, en el condado de Kerr, Texas, provocado por lluvias torrenciales que azotaron la región en días recientes.
Leonardo, Natalia y su hijo menor, de apenas dos años, fueron arrastrados por la corriente cuando la creciente del río arrasó con casas móviles, vehículos y todo lo que encontró a su paso. La tragedia ocurrió de forma repentina y violenta. Desde entonces, sus nombres se suman a la dolorosa lista de personas desaparecidas. Solo el hijo mayor de la familia, Leonardo, de 18 años, logró ser rescatado con vida unas cuatro horas después del desastre. Desde su recuperación, permanece en un refugio, en espera de noticias de sus padres y su hermanito.
Hasta ahora, el Gobierno del Estado de Guanajuato no ha recibido información oficial sobre su paradero. Sin embargo, mantiene estrecha comunicación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, que a través de su oficina en San Antonio y el Consulado, trabaja para esclarecer lo ocurrido y brindar apoyo a las y los guanajuatenses afectados.

La tragedia ha generado una gran movilización en Texas. Más de 850 personas fueron evacuadas y albergadas en 18 refugios habilitados por autoridades de Protección Civil. El gobernador de Texas, Greg Abbott, envió un mensaje de solidaridad a las víctimas:
“Nuestros corazones como pueblo están colectivamente afligidos por las familias de los seres queridos que aún están desaparecidos o que perecieron…”
El caso de la familia Romero ha generado muestras de apoyo en ambas fronteras. Clubes de migrantes guanajuatenses han intentado contactar a conocidos y autoridades, pero hasta el momento no hay mayor información.
Los equipos de rescate continúan trabajando sin descanso. La esperanza de encontrar a Natalia y al pequeño niño de dos años aún se mantiene viva entre sus seres queridos y compatriotas.