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El mundo despide al papa Francisco: reyes y jefes de estado se congregan en Roma para su último adiós.

Redacción Región Sur Gto
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INTERNACIONAL.- La Plaza de San Pedro será, una vez más, el epicentro del alma católica este sábado, cuando más de 50 jefes de Estado electos y diez monarcas en ejercicio, junto a cerca de 200,000 fieles, se reúnan para dar el último adiós al papa Francisco, el pontífice que conmovió al mundo con su humildad, su firme voz por los migrantes y su incansable llamado a la misericordia.

La misa funeral comenzará a las 2 de la madrugada (hora del centro de México) y será el cierre de una jornada histórica que marca el fin de un pontificado que, durante doce años, desafió convenciones y abrió nuevos caminos para la Iglesia. El féretro del primer papa latinoamericano recorrerá por última vez las calles de Roma, en un cortejo que culminará en su tumba en la basílica de Santa María la Mayor, el primer entierro papal fuera del Vaticano en más de un siglo.

Entre los asistentes destacan los presidentes Javier Milei, Luiz Inácio Lula da Silva, y Donald Trump, quien llegó a Roma el viernes por la noche, marcando su primer viaje al extranjero desde su regreso al poder. A ellos se suma el presidente francés Emmanuel Macron, ya presente en la capilla ardiente, así como el rey Felipe VI de España. Por respeto a su origen argentino, Milei estará en primera fila, junto al presidente italiano Sergio Mattarella.

Las delegaciones oficiales ocuparán el costado derecho de la plaza, mientras decenas de miles de personas seguirán la ceremonia desde pantallas gigantes colocadas en las calles aledañas. El operativo de seguridad es colosal: zona de exclusión aérea, helicópteros sobrevolando el centro histórico, francotiradores en los tejados y aviones en alerta.

Durante tres días, más de 250,000 personas desfilaron ante el féretro del papa en la basílica de San Pedro, superando los registros de Benedicto XVI. Francisco, el “pastor simple y muy amado”, fue despedido en una ceremonia íntima la noche del viernes, en la que su rostro fue cubierto con un velo de seda blanca, y junto a él se colocaron monedas y medallas de su pontificado, además del Rogito, el documento que resume su legado espiritual.

“Era mi viejito hermoso, era nuestro papa, el papa de los migrantes”, decía con lágrimas Mónica Penagos, una colombiana de 61 años, residente en Italia. Su testimonio se suma a los de miles que llegaron desde distintos rincones del mundo, movidos por el amor a un papa que siempre eligió la sencillez: desde su elección “del fin del mundo” hasta la tumba de mármol blanco que lo espera, grabada únicamente con la palabra “Franciscus”.

El Vaticano aún no ha anunciado la fecha del próximo cónclave, que deberá realizarse en la Capilla Sixtina en un plazo máximo de 20 días. Con más de dos tercios de los 135 cardenales electores nombrados por el propio Francisco, su influencia se extenderá incluso después de su partida.

“Nos sentimos pequeños”, confesó el cardenal Jean-Claude Hollerich, al referirse a la responsabilidad de elegir al sucesor. “Pero también tenemos esperanza. Reza por nosotros, Francisco”.

Y mientras la Plaza de San Pedro se vuelve a llenar, no solo de cuerpos, sino de emociones, silencios, oraciones y banderas ondeando, el mundo católico se despide de un hombre que, con gestos simples y palabras profundas, cambió el rostro de la Iglesia.

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