Por si alguien pensaba que ganar votos era suficiente para ser presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la Constitución y el criterio de género podrían tener otros planes.
NACIONAL.- Aunque Hugo Aguilar, abogado oaxaqueño, obradorista y (según palabras de muchos) la “encarnación moderna de Benito Juárez“, acumula más de 200 mil votos sobre su contrincante Lenia Batres, su llegada al máximo asiento judicial del país aún no es un hecho. ¿La razón? Una cláusula constitucional que privilegia la equidad de género, lo cual podría inclinar la balanza hacia Batres, porque, bueno, mujer tenía que ser.

La presidenta Sheinbaum, desde su púlpito matutino, celebró el “cambio profundo” que representa la virtual llegada de Aguilar a la Corte, y no perdió la oportunidad de anotar que, desde los días gloriosos del Benemérito de las Américas, “no teníamos una representación así” en el Poder Judicial. Porque claro, entre los requisitos del cargo ahora parece incluirse tener sangre mixteca o al menos una cédula firmada por AMLO.
Pero antes de que alguien mande a enmarcar la foto oficial de Aguilar en la SCJN, Sheinbaum soltó la bomba: “el INE será quien determine quién presidirá la Corte, porque la Constitución contempla una preferencia para las mujeres”. Y con eso, al puro estilo de “plot twist” constitucional, Batres entra de nuevo al juego.

Mientras tanto, el proceso genera más suspenso que una telenovela de horario estelar. Entre votos, géneros, identidades originarias y guiños obradoristas, la Corte podría estrenar presidenta… sin que haya ganado las elecciones.
Pero calma, que todo esto es por la justicia. Aunque, para quienes piensan que el Poder Judicial fue electo “a modo” por Morena, Sheinbaum fue clara: “No pueden criticar, si ni participaron y llamaron a no votar”. Democracia selectiva, le llaman.
Eso sí, la presidenta pidió que los nuevos ministros “miren hacia adelante”, y que si encuentran irregularidades de sus antecesores, las denuncien… pero sin caer en persecuciones políticas, por favor. Porque impartir justicia sí, pero tampoco se vayan a emocionar.
Así que ya lo sabe: aunque usted crea que votó, la Constitución tiene la última palabra. Y en este sexenio, eso puede significar muchas cosas.