INTERNACIONAL.- Una tragedia sacudió la ciudad de Vancouver, Canadá la noche del sábado, cuando un conductor arrolló a una multitud que celebraba un festival filipino, dejando 11 muertos y decenas de heridos, algunos de ellos de gravedad. Las autoridades descartaron que se tratara de un acto terrorista y señalaron que el sospechoso, un hombre de 30 años, tiene antecedentes de problemas de salud mental.
El ataque ocurrió cerca de las 20:00 horas locales, en el marco de las celebraciones del Día de Lapu Lapu, un líder anticolonial filipino del siglo XVI. La festividad congregaba a cientos de miembros de la comunidad filipina en Vancouver, ciudad donde residen numerosas comunidades asiáticas.
“Este es el día más negro de la historia de Vancouver,” declaró el jefe de policía, Steve Rai, quien confirmó que el agresor fue reducido por la multitud y arrestado momentos después. El sospechoso, con un historial de interacciones con las autoridades de salud y policiales, permanece bajo custodia mientras avanza la investigación.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, calificó el hecho como “una embestida con vehículo”, asegurando que actualmente “no existe una amenaza activa” para la población. El rey Carlos III, jefe de Estado de Canadá, también expresó su “profunda tristeza” ante la tragedia.
Testimonios desgarradores relatan la magnitud del horror vivido. Abigail Andiso, testigo del suceso, describió escenas de cuerpos tendidos en el suelo: “Había cadáveres. Algunos ya estaban muertos en el momento.” En tanto, el agente de seguridad del festival, Jen Idaba-Castaneto, declaró: “Vi cuerpos por todas partes. Fue devastador.”
Imágenes captadas muestran un vehículo todoterreno negro, con daños evidentes, rodeado de escombros y socorristas auxiliando a los heridos. La comunidad filipina en Vancouver, organizadora del evento, expresó su “profunda angustia” en un comunicado, lamentando esta tragedia “sin sentido.”
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, también expresó su “profundo pesar” por el ataque, solidarizándose con las víctimas y sus familias.
Este devastador suceso revive el dolor de otras tragedias similares en Canadá, como el atentado en Toronto en 2018, donde un hombre mató a 11 personas con una furgoneta. Para muchos ciudadanos, como Julie Dunbar de Ottawa, estos incidentes despiertan temor sobre el rumbo de la sociedad actual: “Tengo miedo de la sociedad en la que vivimos.”
