SALAMANCA.- El tiempo se detuvo para Rosario García. Justo a tres años de la desaparición de su hijo, Michell Arath García Aguilar, la madre buscadora reconoció algunas de sus pertenencias entre los restos hallados en los crematorios clandestinos de Teuchitlán, Jalisco. Una mochila y varias prendas de vestir podrían ser la última señal de su hijo, quien desapareció el 15 de marzo de 2022 en Salamanca, Guanajuato.
Desde aquel día, Rosario ha vivido entre la incertidumbre y el dolor. Su hijo, de 25 años, dedicado a la reparación de celulares y computadoras, salió de casa tras recibir una llamada y nunca más volvió. La denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Guanajuato no trajo respuestas, solo años de espera y sufrimiento.
El reciente hallazgo del rancho de exterminio en Jalisco trajo consigo la posibilidad de respuestas. Cuando Rosario vio las imágenes de los indicios encontrados, su corazón se paralizó. “Reconocí prendas y su mochila de mi amado hijo. Justamente desde el viernes que lo vi por última vez se cumplen tres años”, expresó entre lágrimas.
Recuerda con precisión aquella última noche: “Tomó una mochila, un par de tenis, pantalones, playeras y un suéter. Cenó y después de una hora recibió esa llamada. Se fue sin decir nada. Le grité por la ventana, pero ni siquiera volteó”.
Ahora, la esperanza de traerlo de vuelta, aunque no como lo imaginaba, le da fuerzas para seguir. Rosario García viajará a Jalisco para realizar las pruebas de ADN y confirmar si los restos encontrados corresponden a su hijo. “Bien sabemos que solo son restos muy pequeños, pero mi hijo estará de vuelta”, dice con el dolor de una madre que nunca dejó de buscar.
La madre buscadora espera el apoyo de la Fiscalía de Guanajuato para llevar a cabo los trámites necesarios. Con ello, aunque el sufrimiento no cesará, al menos podrá encontrar un poco de paz después de estos años de agonía y lucha inquebrantable.
