Una de las reliquias más veneradas del cristianismo podría ser, según un nuevo estudio, una sofisticada obra de arte creada en la Edad Media.
La Sábana Santa de Turín, venerada por millones como el sudario que envolvió el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión, vuelve a estar en el centro de la polémica. Un nuevo estudio plantea que, lejos de ser una prueba física de la resurrección, podría tratarse de una creación humana, elaborada con técnicas artísticas y no divinas.
El diseñador brasileño Cicero Moraes, especialista en reconstrucciones faciales históricas, acaba de publicar una investigación en la revista Archaeometry en la que desafía abiertamente la autenticidad de la reliquia. Utilizando software de modelado 3D, Moraes asegura que la figura impresa en el sudario no pudo haber sido generada por un cuerpo humano real. Según sus conclusiones, la imagen es demasiado precisa, simétrica y limpia para haber sido el resultado del contacto con un cadáver.
“La sábana no se comporta así cuando cubre un cuerpo tridimensional. Lo que vemos es una imagen técnicamente imposible desde el punto de vista físico”, señala Moraes. Su estudio apunta a que la figura habría sido creada a partir de un bajorrelieve (una figura en relieve poco profundo hecha de madera, piedra o metal) que fue pigmentada o calentada para dejar la silueta grabada.

Para muchos fieles, esta afirmación raya en la blasfemia. Pero para otros, abre la puerta a una verdad que la Iglesia y sus fieles se han negado a enfrentar durante siglos: que el Santo Sudario podría no ser un testimonio del milagro de la resurrección, sino una genial falsificación medieval.
Y aunque el estudio de Moraes no es el primero en apuntar a un origen humano y artístico de la sábana, su uso de herramientas tecnológicas modernas y su enfoque técnico refuerzan una hipótesis que cada vez gana más adeptos en el ámbito académico.
Cabe recordar que en 1989, un estudio de datación por carbono-14 situó la fabricación del sudario entre los años 1260 y 1390, coincidiendo con una época de gran producción de reliquias religiosas en Europa. Pero desde entonces, ese estudio ha sido desmentido, criticado y reinterpretado en múltiples ocasiones.

Andrea Nicolotti, historiador del cristianismo en la Universidad de Turín, también ha sostenido que “desde hace siglos sabemos que la imagen del cuerpo en el sudario es comparable a una proyección ortogonal, lo cual no puede ser generado por contacto con un cuerpo real”. Es decir, lo que vemos es un dibujo plano, no una impresión natural.
¿Estamos ante una de las falsificaciones más exitosas de la historia? ¿O la fe debe seguir intacta ante las dudas científicas? Mientras el Vaticano evita hacer declaraciones tajantes, y la sábana sigue siendo objeto de culto en Turín, el debate entre ciencia y creencia se vuelve a encender con fuerza.
La Sábana Santa, entre la devoción y la sospecha, continúa siendo un símbolo que divide al mundo entre quienes creen en lo divino… y quienes ven detrás del milagro una brillante estrategia humana.
Con información de National Geographic.